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| Fuente: Maxim Hopman |
Hoy publica El País, ‘Robots asesinos’: cuando el que decide matar es un algoritmo, artículo de Guillermo Vega sobre un tema que venimos denunciando casi desde nuestro inicio: el uso indiscriminado de robots en cualquier tipo de contiendas.
Aunque cada vez son más los países que desarrollan este tipo de armamento autónomo, Estados Unidos, China e Israel, Corea del Sur y Rusia son los países que están desarrollando y utilizando con más frecuentcia robots asesinos. En 2018 el Parlamento Europeo aprobó una resolución para limitar su utilización, producción y desarrollo de cualquier arma capaz de matar sin la intervención humana, En ella se abogaba por prohibir este tipo de armamento en todo el mundo. Los eurodiputados votaron por mayoría que decisiones humanas no debieran trasladarse a las máquinas.
Las Naciones Unidas tienen constancia de ello en Libia y ven con preocupación una situación incierta que se ha ido descontrolando. Organizaciones como Campaign to Stop Killer Robots llevan luchando para concienciar a organismos y ciudadanía sobre el tema.
En un contexto en el que muchas distopías parecen haber sido superadas por la realidad, es el momento de dejar más espacio a la ética y avanzar en la jurisprudencia. Globalmente. Buscando soluciones y compromisos que impidan desarrollar soluciones tecnológicas en las que la inteligencia artificial y la robótica no sean implementadas en armas autónomas.
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