Imagen de la exposición ‘Please Come Back’ en el IVAM. Foto: Manuel Cuéllar. |
[Original: El Asombrario & Co. 1/2/2018]
El IVAM presenta hasta el 8 de abril la muestra ‘Please come back, ¿el mundo como prisión?’, coproducida por el Institut Valencià d’Art Modern y el MAXXI-Museo Nazionale delle Arti del XXI Secolo de Roma. Su objetivo supone continuar con el debate sobre el incremento del control social y la vigilancia. Y es, ante todo, una buena reflexión sobre el estado de nuestras libertades, muy cuestionado por el avance de las tecnologías, que nos convierten a todos en entes observadores y, sobre todo, observados.
La exposición, comisariada por Hou Hanru y Luigia Lonardelli, reúne 53 obras de 26 artistas que reflexionan sobre la prisión como una metáfora del mundo contemporáneo y el mundo contemporáneo como una metáfora de la prisión. En un presente en el que impera la cultura del miedo y en el que se impulsan iniciativas biopolíticas desde el Estado y las grandes compañías transnacionales la muestra se plantea, entre otras cuestiones, en qué han quedado los derechos y libertades por los que tanto luchó la ciudadanía o cómo es posible mantener un papel de verdadera resistencia frente a ese control.
Hou Hanru remarcaba en su inauguración una paradoja presente en la vida actual: “Cuanta más tecnología tenemos, menos libertad”. El proyecto de investigación, en el que también ha participado la filósofa Luigia Lonardelli, muestra la relación que siempre ha existido entre la expresión artística y el control social, entre las prácticas artísticas y la prisión. Sobre todo teniendo en cuenta que casi siempre se ha equiparado con un determinado tipo de recintos arquitectónicos y unas determinadas estrategias desarrolladas para manipular y transformar a los ciudadanos en seres disciplinados y dóciles. Sin embargo, aquellas prisiones panópticas y vetustas han encontrado un aliado interesante en sus maneras de hacer en las nuevas tecnologías. Ya no hacen falta grandes muros, basta con estar conectados para poder ser vigilados. La cultura de la seguridad (o del miedo) están asociados al control de la visión, tal como apuntaba Harun Farocki, uno de los autores presentes en la muestra. Han sido numerosos los artistas que han criticado y documentado sus vivencias y opiniones sobre los espacios de control, sobre todo, tras la publicación de Vigilar y Castigar de Michel Foucault (1975), en el que se analizaba la relación de poder sobre los convictos y los cambios producidos tras la expansión del modelo panóptico de prisión ideado por el filósofo utilitarista británico Jeremy Bentham. Muchos han colaborado para desarrollar movimientos de resistencia, pero lo cierto es que la fragilidad de nuestra libertad nunca había sido tan cuestionada.
La muestra se estructura en tres secciones. La primera, Detrás de los muros, representa la cárcel como lugar de resistencia; en ella se muestran vídeos de Gianfranco Baruchello, del ya mencionado Farocki o la instalación que da nombre a la muestra, Please Come Back, del colectivo Claire Fontaine. Se incorpora respecto al proyecto original que se expuso en Italia la obra Proyecto para cárcel abandonada. Galería IV.I, (2008) de las artistas valencianas Patricia Gómez y María Jesús González.
La segunda sección, Fuera de los muros, alude a la omnipresencia de los sistemas de control y vigilancia que convierten la ciudad actual en una extensa prisión. Incluye la serie de Carlos Garaicoa Las joyas de la corona (2006), reproducciones a escala en plata de conocidos edificios de control de tan dudosa fama como son la Stasi, Guantánamo y el KGB.
Rem Koolhaas. Exodus or the Voluntary Prisoners of Architecture. The Reception Area 1972. |
En la tercera parte, Más allá de los muros, se hace alusión al control y las restricciones de libertad que se presentan como necesarios, especialmente tras el 11-S, para favorecer “nuestra seguridad. Destacan los dibujos “secretos” del artista chino Zang Yue, detenido en China en los años 2000, y que muestra la vida diaria en la prisión; Shadow sites II, de Jananne Al-Ani, que se centra en la relación entre la fotografía y el vuelo en la historia de los conflictos modernos; y 5.000 Feet is the Best (2011) de Omer Fast, vídeo en el que se recrea una conversación con un operador de drones estadounidense en la que describe incidentes contra civiles inocentes.
En la era de la postverdad es recomendable acercarse para contemplar y reflexionar sobre cada una de las propuestas. Todas ellas confluyen en una realidad: ¿existe algún resquicio para escapar de una preocupante realidad opresiva en la que todos nos hemos convertido en observados y observadores?
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‘Please Come Back’. Galería 7 del IVAM, Valencia, hasta el 8 de abril.