Entre las piezas premiadas en la última edición VIDA de la Fundación Telefónica nos ha llamado poderosamente la atención el proyecto Stranger Visions de la creadora estadounidense Heather Dewey-Hagborg.
Stranger Visions es una muestra de retratos creados a partir de material genético recopilado en espacios públicos. La obra de arte remite a la investigación forense del fenotipo (que determina la apariencia a partir del ADN) para plantear cuestiones sobre la intimidad y la ética que se han agudizado debido a la capacidad creciente de rastrear información sobre las personas a través de las biotecnologías. El pelo, la piel y la saliva (por ejemplo en colillas de cigarrillos o chicles) son algunos de los numerosos rastros biológicos que dejamos sin darnos cuenta en el transcurso de nuestras actividades cotidianas, y que se utilizan como pruebas de identificación forense. En esta obra, la artista ha llevado muestras de la calle al laboratorio para extraerles el ADN e identificar los alelos (formas alternativas de un gen o locus determinado) que indican variaciones en el aspecto físico.
Mediante la utilización de un software desarrollado a medida, se estima la correlación entre los datos de sus análisis y la información de las bases de datos de rasgos genéticos físicos. La artista determina previamente los parámetros de una serie de modelos faciales y los imprime tridimensionalmente en color.Los retratos evocan a tradicionales máscaras mortuorias y constituyen especulaciones creativas que se fusionan con la supuesta veracidad de los datos resultantes de los análisis del laboratorio.
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