Me llama poderosamente la atención que David Lyon ya reflejara en "El ojo electrónico" (1994) que:
la vigilancia contemporánea por parte de las instituciones gubernamentales es la ampliación del "espectro de sospecha"
Los ciudadanos nos hemos convertido, sin quererlo, en sospechosos habituales. Lo peor, es que a nadie parece importarle...
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