El grupo Red Line, que reúne a 9 artistas de 5 países europeos distintos (Ana Benlloch, Ed Orton, Niki Russell y Stuart Tait del Reino Unido; Pelle Brage de Dinamarca; Sabine Hagmann y Eliane Rutishauser de Suiza; y Bine Maier y Michael Mastrototaro de Austria), realizó un curioso experimento en el pasado Festival of Extreme Building and New Generation Arts en Birmingham.
Se trataba de una torre de vigilancia desde la que los artistas controlaron toda la actividad de una plaza de aquella ciudad. Como puedes ver en la imagen, tanto la torre como sus intenciones eran claras. Además, los vigilantes llevaban uniforme, colocaron carteles en la plaza para avisar de la vigilancia y fueron incrementando sus actividades de emergencia con el objetivo de dejar patente que ningún suceso acaecido en la plaza pasaría inadvertido y todo sería registrado (24 horas al día, por cierto).
La siguiente imagen es un ejemplo de la minuciosidad de su vigilancia, con el registro de todos los autobuses que pararon allí, del retraso que acumulaban y de cualquier otro detalle (tales como que la vigilancia no pudo ser completa en un caso por culpa de la publicidad que oscurecía la puerta de entrada del autobús)
El grupo ya ha controlado también Copenague y Seúl, y amenaza con expandir su trabajo a otras ciudades. No sé las demás, pero el problema de las cámaras de vigilancia en Birmingham es bastante evidente (¿lógico
en un país donde casi todo es propiedad privada?). Puedes seguir sus progresos en su propio blog.
Muchas gracias por tu colaboración, Paul.
ResponderEliminarTe agradezco mucho que me hayas dado a conocer este grupo de trabajo.