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THE VIRTUAL WATCHERS (2016) es un proyecto de investigación en la intersección entre arte y tecnología el cual cuestiona las dinámicas del“crowdsourcing” de la seguridad nacional y el control fronterizo. El proyecto, desarrollado por Joana Moll y Marius Pé, se centra en los intercambios llevados cabo dentro de un grupo de Facebook que reunía a ciudadanos voluntarios que vigilaban la frontera entre Estados Unidos y México a través de una plataforma web. El objetivo declarado de esta operación era involucrar activamente a ciudadanos estadounidenses a participar en la reducción de la delincuencia transfronteriza y bloquear la entrada de inmigración ilegal a EE.UU a través de estrategias de crowdsourcing.
La iniciativa, financiada con fondos públicos y privados, fue lanzada en 2008. La plataforma se articulaba alrededor de unapágina web y una red de 200 cámaras y sensores situados en zonas estratégicas a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Muchas de ellas fueron instaladas en casas y terrenos propiedad de ciudadanos voluntarios. La página web mostraba imágenes en directo y permitía a los usuarios efectuar denuncias a las autoridades, de forma anónima, si interceptaban cualquier actividad sospechosa.
La plataforma online tuvo un total de 203.633 usuarios registrados y permitió llevar a cabo 5331 arrestos, lo que representó casi 1 millón de horas de mano de obra gratuita para las autoridades. El programa se detuvo en 2012 debido a la falta de apoyo de financiación pública, tal como se anunció en su página oficial de Facebook el 13 de mayo de 2012.
THE VIRTUAL WATCHERS ofrece una ventana interactiva que permite al público acceder a algunas de las retransmisiones originales grabadas por las cámaras de vigilancia propiedad de RedServants (nombre ficticio) y sumergirse en las interacciones que tuvieron lugar entre los miembros del grupo de Facebook, que reunía a algunos de los voluntarios que utilizan activamente la plataforma web. El proyecto intenta poner enrelieve en qué medida la inversión emocional y los intercambios efectuados entre estas personas actúan como un mecanismo esencial en la construcción y legitimación de un sistema social post-panóptico.
Aunque todas las fotos de los perfiles y los nombres reales de los miembros del grupo de Facebook han sido falsificados con el fin de proteger sus identidades, resulta desgarrador comprobar como en tiempos de crisos la xenofobia sirve de parapeto a todos aquellos que realmente no quieren o no pueden ver los problemas reales de la sociedad en la que viven.
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Autores: Joana Moll y Marius Pé
Desarrollo: Ramin Soleymani
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