La fotógrafa de origen japonés Shizuka Yokomizo, eligió gente al azar para desarrollar la serie Stranger,en diversas ciudades europeas, buscó sus direcciones y les envió una carta explicándoles el proyecto: realizar un retrato en la intimidad a un desconocido
La propuesta consistía en quedar un día y a una hora señalada para abrir las cortinas de su casa de modo que ella pudiera capturar el momento a una distancia suficiente como para que se vieran los rostros. El modelo, además, debía llevar algún atuendo que utilizara habitualmente. [De las 80 cartas enviadas, 40 se ofrecieron a la experiencia]
Tras el disparo de la cámara, fotógrafa y modelo no volvían a tener contacto.
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