Marcos Zotes o la conciencia crítica.

Vimos en Flores en el ático una obra que nos llamó la atención: CCTV/Creative Control. Buscamos en internet datos sobre su autor y descubrimos la obra completa de Marcos Zotes, arquitecto madrileño residente en Islandia. Fundador de UNSTABLE, laboratorio de diseño y arquitectura que fusiona su interés por investigar aspectos políticos y sociales integrados en el. espacio urbano.

Entre sus obras, destacamos dos propuestas que nos parecen especialmente relevantes por su elevado grado de implicación a la hora de evidenciar una crítica que, evidentemente, compartimos.

CCTV/Creative Control 
Nueva York, 2011



Las cámaras de vigilancia son hoy una característica común en cualquier entorno urbano. Estos mecanismos de control se han convertido en una parte tan importante de la vida cotidiana que de alguna manera resultan imperceptibles para nosotros, aunque su presencia sea evidente en todas partes. Estamos siendo constantemente vigilados, y la verdad es que ni siquiera nos importa.

“CCTV/Creative Control” busca cuestionar los mecanismos opresivos de control implementados en la ciudad a través de la apropiación temporal del espacio público. La intervención consiste en una proyección de vídeo que muestra un ojo de gran tamaño en movimiento sobre la superficie inferior de una torre de agua abandonada de diez pisos de altura situada en Brooklyn, Nueva York. La torre, aún el punto más alto de la zona que pronto quedará eclipsada por los planes de gentrificación urbana, existe como una reliquia del pasado industrial del barrio. La intervención transforma temporalmente este icono urbano en una torre de vigilancia, planteando así cuestiones de control privado sobre el espacio público en el contexto urbano.



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Reikiavik, 2012

Intervención que se genera de forma espontánea, sin permiso, como un acto de reivindicación del espacio público. El lugar de actuación es la entrada a las oficinas generales del Banco Nacional de Islandia, Landsbankinn, situado en una calle céntrica de Reikiavik. Este espacio urbano se encuentra altamente controlado por el uso de varias cámaras de vigilancia, que invaden el espacio público para observar todos los aspectos de la vida pública que se generan bajo su campo de visión. Se crean así ciertos límites invisibles en la ciudad, definidos por lo que las cámaras alcanzan y no alcanzan a ver.

La intervención trata de hacer visibles estos límites ocultos con el fin de revelar su existencia a los ciudadanos. Cada vez que una persona pasa por debajo de la cámara, un proyector remoto colocado dentro de un edificio colindante es activado, proyectando luz sobre la cámara e iluminando así su campo de visión. De esta manera, no sólo la persona toma conciencia del hecho de que está siendo vigilada, sino que también lo hacen las personas que están a su alrededor. Con esta intervención el espacio adquiere una cualidad teatral, se transforma en un escenario en el que ciudadanos anónimos son temporalmente iluminados para convertirse así en actores por un corto período de tiempo.


[Gracias a Marcos Zotes por toda la información recibida. Seguiremos atentos a su obra :-)]